Con esa noticia nos desayunamos muchos el domingo pasado. Mismo día de nuestras elecciones legislativas y mismo día en el que en Honduras se pretendía hacer una consulta popular para decidir sobre el establecimiento de una Asamblea Constituyente que habilitara una reforma constitucional.
Sin embargo, a primeras horas de la madrugada, las FF.AA. de ese país irrumpieron en la casa del Presidente Manuel Zelaya secuestrándolo y llevándolo por la fuerza hacia Costa Rica.
Al mismo tiempo, y aprovechando la falta de información sobre el paradero del presidente, el congreso leyó una carta que supuestamente había escrito el presidente Zelaya ,donde este renuciaba a su cargo debido los problemas políticos y a problemas de salud; y entonces, a mano alzada, se eligió a quién sería su sucesor, el diputado Micheletti.
Poco tiempo pasó cuando el presidente Zelaya habló a la BBC desde Costa Rica, donde contaba los hechos que le habían sucedido más temprano ese mismo día y negaba rotundamente haber escrito su supuesta carta de renúncia, y al mismo tiempo denunciaba un golpe de estado en su país.
A todo esto, no fue solo su presidente secuestrado, sino "...tambien la canciller de Honduras Patricia Rodas, mientras uqe tambien fueron capturados los embajadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua, quienes tras ser golpeados fueron dejados en libertad...".
Luego de que Zelaya diera a conocer su versión de los hechos, países de Latinoamérica, Europa y varias organismos internacionales como la OEA dieron a conocer su disconformidad y su rechazo al golpe de estado, y que estos no reconocerían al nuevo presidente.
Sin embargo, los representantes del gobierno de EE.UU. tardaron mucho en dar su opinión al respecto y tomaron posiciones muy tibias, a pesar de que luego Obama haya hablado de su repudio al golpe de estado en Honduras, los fantasmas del apoyo yanqui al golpe de estado están muy vivos y merodean por las calles hondureñas.
Mientras tanto, el gobierno de facto se ocupó intensamente en mantener a su población inmovil, ya que no solo los canales de televisión (aliados a la derecha hondureña que apoya el golpe) no informaron nada respecto del golpe de estado, sino que el canal nacional fue tomado y su señal cortada, fueron cortadas las líneas de teléfono y muchos sectores del país están sin electricidad, a esto se le suma el toque de queda establecido por el régimen del golpista Micheletti el cual obliga a la población a mantenerse encerrada en sus casa desde las 9 pm a las 6 am de cada día, con la intención de "mantener en orden el país".
Un agravante a todo esto es como los sectores que estan tomando el poder por la fuerza ya venían desde un tiempo atrás luchando contra la el ejercició del poder del pueblo, ya que el poder judicial hondureño, teniendo en cuenta las intenciones de Zelaya de realizar una consulta popular (la cual tiene como único fin consultar a la población sobre si está de acuerdo o no con una medida a tomar del gobierno, la democracia en su máxima expresión), en conjunto con el poder legislativo aprobaron una ley que impide la realización de consultas 180 días antes y después de las elecciones generales.
La oposición aducía que era un intento del presidente de perpetuarse en el poder, sin embargo, esa afirmación no resiste el mínimo análisis, ya que llegado el caso que la consulta apoyará la moción de Zelaya se votaría la reforma constitucional en la misma elección en la que se elegiría presidente, siendole imposible a Zelaya presentarse en esas mismas elecciones.
Así continua la lamentable situación, hubo marchas el lunes en contra del golpe de estado y como era de esperar fueron reprimidos por las FF.AA. que han tomado el poder.
Y en un intento por demostrar la legalidad de Micheletti los sectores de la derecha hondureña (entre ellos la iglesia y los grupos empresarios) llamaron a una marcha a favor del golpe de estado con la muy hipócrita consigna de "En defensa de la constitución y Paz", creo que está de más intentar explicar la posición de esta gente que apoya a la toma del poder mediante la fuerza y luego pide que se respete la constitución y que haya paz, simplemente lamentable.
Mientras tanto en nuestro país, por una lado la presidenta acompañará al presidente Zelaya en su vuelta a su país, y por otro lado tenemos a los representantes de un sector de la población que prefiere vivir dentro de una burbuja, a los que se le suma el brillante análisis de su recientemente elegida representante en la cámara de diputados, Gabriela Michetti.
Sin embargo, a primeras horas de la madrugada, las FF.AA. de ese país irrumpieron en la casa del Presidente Manuel Zelaya secuestrándolo y llevándolo por la fuerza hacia Costa Rica.
Al mismo tiempo, y aprovechando la falta de información sobre el paradero del presidente, el congreso leyó una carta que supuestamente había escrito el presidente Zelaya ,donde este renuciaba a su cargo debido los problemas políticos y a problemas de salud; y entonces, a mano alzada, se eligió a quién sería su sucesor, el diputado Micheletti.
Poco tiempo pasó cuando el presidente Zelaya habló a la BBC desde Costa Rica, donde contaba los hechos que le habían sucedido más temprano ese mismo día y negaba rotundamente haber escrito su supuesta carta de renúncia, y al mismo tiempo denunciaba un golpe de estado en su país.
A todo esto, no fue solo su presidente secuestrado, sino "...tambien la canciller de Honduras Patricia Rodas, mientras uqe tambien fueron capturados los embajadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua, quienes tras ser golpeados fueron dejados en libertad...".
Luego de que Zelaya diera a conocer su versión de los hechos, países de Latinoamérica, Europa y varias organismos internacionales como la OEA dieron a conocer su disconformidad y su rechazo al golpe de estado, y que estos no reconocerían al nuevo presidente.
Sin embargo, los representantes del gobierno de EE.UU. tardaron mucho en dar su opinión al respecto y tomaron posiciones muy tibias, a pesar de que luego Obama haya hablado de su repudio al golpe de estado en Honduras, los fantasmas del apoyo yanqui al golpe de estado están muy vivos y merodean por las calles hondureñas.
Mientras tanto, el gobierno de facto se ocupó intensamente en mantener a su población inmovil, ya que no solo los canales de televisión (aliados a la derecha hondureña que apoya el golpe) no informaron nada respecto del golpe de estado, sino que el canal nacional fue tomado y su señal cortada, fueron cortadas las líneas de teléfono y muchos sectores del país están sin electricidad, a esto se le suma el toque de queda establecido por el régimen del golpista Micheletti el cual obliga a la población a mantenerse encerrada en sus casa desde las 9 pm a las 6 am de cada día, con la intención de "mantener en orden el país".
Un agravante a todo esto es como los sectores que estan tomando el poder por la fuerza ya venían desde un tiempo atrás luchando contra la el ejercició del poder del pueblo, ya que el poder judicial hondureño, teniendo en cuenta las intenciones de Zelaya de realizar una consulta popular (la cual tiene como único fin consultar a la población sobre si está de acuerdo o no con una medida a tomar del gobierno, la democracia en su máxima expresión), en conjunto con el poder legislativo aprobaron una ley que impide la realización de consultas 180 días antes y después de las elecciones generales.
La oposición aducía que era un intento del presidente de perpetuarse en el poder, sin embargo, esa afirmación no resiste el mínimo análisis, ya que llegado el caso que la consulta apoyará la moción de Zelaya se votaría la reforma constitucional en la misma elección en la que se elegiría presidente, siendole imposible a Zelaya presentarse en esas mismas elecciones.
Así continua la lamentable situación, hubo marchas el lunes en contra del golpe de estado y como era de esperar fueron reprimidos por las FF.AA. que han tomado el poder.
Y en un intento por demostrar la legalidad de Micheletti los sectores de la derecha hondureña (entre ellos la iglesia y los grupos empresarios) llamaron a una marcha a favor del golpe de estado con la muy hipócrita consigna de "En defensa de la constitución y Paz", creo que está de más intentar explicar la posición de esta gente que apoya a la toma del poder mediante la fuerza y luego pide que se respete la constitución y que haya paz, simplemente lamentable.
Mientras tanto en nuestro país, por una lado la presidenta acompañará al presidente Zelaya en su vuelta a su país, y por otro lado tenemos a los representantes de un sector de la población que prefiere vivir dentro de una burbuja, a los que se le suma el brillante análisis de su recientemente elegida representante en la cámara de diputados, Gabriela Michetti.
El repudio a este tipo desucesos debe ser generalizado, y es fundamental el apoyo que surge, tanto desde los paises limitrofes cerrando sus fronteras con Honduras, como de las potencias regionales apoyando el gobierno democrático.
Ya que hubo un intento similar de destitución al presidente Chavez allá por el 2002, quién, no solo había ganado en elecciones por amplia diferencia sino que había rectificado su mandato con una consulta popular, cosas que en los países "cuna de la democracia" ni se asoma en hacer.
Ya que hubo un intento similar de destitución al presidente Chavez allá por el 2002, quién, no solo había ganado en elecciones por amplia diferencia sino que había rectificado su mandato con una consulta popular, cosas que en los países "cuna de la democracia" ni se asoma en hacer.
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