Hace tiempo que pasaron las elecciones legislativas, pero aún hoy hay repercusiones de las mismas, ya había marcado en un posteo anterior algunos detalles de las mismas, pero hubo una cara que todavía hoy sigue dando para hablar.
Cuando se estaba por llegar a las elecciones, se empezó a correr en el boca a boca de la gente (vean el comentario Nº 93 al pie de página) y por otros medios que Pino Solanas era una aliado K encubierto.
Así, días antes de las elecciones, la derecha porteña, representada por el PRO en este caso, temía que el aumento de intención de voto a Proyecto Sur le quitara la mayoría en capital; mientras que por su lado, tanto la Coalición Cívica como el Frente Para la Victoria temían por los votos que migraban desde sus líneas hacia el partido de Solanas. A todo esto se le suman los indecisos y los ns/nc con los cuales parecía también beneficiarse.
En est
a campaña sucia cabe recordar los carteles como el que aquí se ve, entre otros, con los cuales se trataba de perjudicar a diversos candidatos.
Es entonces cuando volvieron los murmullos que exclamaban la posibilidad de fraude (especialmente si no se daba lo que esperaban algunos partidos).
Así, también se pretendía constantemente asociar al al partido de Pino Solanas con los K. La derecha para quitarle los votos de la gente que se opone al gobierno, y el gobierno para captar atraer algún que otro voto indeciso entre ambos partidos.
Finalizados los comicios y con un gobierno golpeado por unas elecciones que no salieron como esperaban, trataron de acercar su imagen a la de Pino, quien dejó muy en claro que no es un aliado más que de su propio partido, haciendo de más peso algunos reclamos al gobierno y que hay una idea de fondo, que se toma lo bueno de quien lo proponga y se lo apoya, sin ser esa oposición que busca solo desmerecer y socavar al rival para reencontrarse con un puesto más en la cámara de diputados.
Cuando se estaba por llegar a las elecciones, se empezó a correr en el boca a boca de la gente (vean el comentario Nº 93 al pie de página) y por otros medios que Pino Solanas era una aliado K encubierto.
Así, días antes de las elecciones, la derecha porteña, representada por el PRO en este caso, temía que el aumento de intención de voto a Proyecto Sur le quitara la mayoría en capital; mientras que por su lado, tanto la Coalición Cívica como el Frente Para la Victoria temían por los votos que migraban desde sus líneas hacia el partido de Solanas. A todo esto se le suman los indecisos y los ns/nc con los cuales parecía también beneficiarse.
En est
a campaña sucia cabe recordar los carteles como el que aquí se ve, entre otros, con los cuales se trataba de perjudicar a diversos candidatos.Es entonces cuando volvieron los murmullos que exclamaban la posibilidad de fraude (especialmente si no se daba lo que esperaban algunos partidos).
Así, también se pretendía constantemente asociar al al partido de Pino Solanas con los K. La derecha para quitarle los votos de la gente que se opone al gobierno, y el gobierno para captar atraer algún que otro voto indeciso entre ambos partidos.
Finalizados los comicios y con un gobierno golpeado por unas elecciones que no salieron como esperaban, trataron de acercar su imagen a la de Pino, quien dejó muy en claro que no es un aliado más que de su propio partido, haciendo de más peso algunos reclamos al gobierno y que hay una idea de fondo, que se toma lo bueno de quien lo proponga y se lo apoya, sin ser esa oposición que busca solo desmerecer y socavar al rival para reencontrarse con un puesto más en la cámara de diputados.
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